FREDY GALLARDO, por los valles urgentes de la vida






Creo que hay que ser paciente una vez más, ya sé que todo tiene un límite, pero ya llegará ese momento en que los temores y las dudas que tenemos, se despejen de una buena vez; como este retazo de cielo límpido que ahora estoy mirando. Para que así podamos caminar por las anchas avenidas con dignidad.
Oye me parece que me fui del tema, pero yo creo que sentí la necesidad de decirlo, será porque paso demasiado tiempo que no le escribía a alguien. Creo que tu sabrás disculparme. Lo importante es que vos estás bien.
Bueno querida amiga, creo que esta tinta no da para más, y hasta la próxima carta.
Un beso. Fredy.



Los asalariados
recorren las calles con el dedo en el gatillo,
apuntando al corazón.
Marchan hacia los límites del infierno.
No se rinden ante la realidad macabra
de la pobreza.
Del trauma abierto por el filo del pasado.
Pero, ocultarse en el sótano tendrá su recompensa
Izar el estandarte de la impaciencia
a la hora justa, no es nada más que la señal
del dios del tiempo.
Dejar atrás los muertos
sin mirarlos a los ojos será un peso
en la conciencia.
La injusticia remontando los ríos
de los cielos.

En las imágenes: Fredy Gallardo en el reciente homenaje a Julio Leite, Biblioteca Schmidt (h) -foto de María desde aquí, fragmento de una carta, portada del libro que escribiera durante su residencia laboral en la cabecera del lago, escribiente a máquina en los días primeros de la Fundación Poética de Río Grande, junto a Patricia Cajal y a mí - Colón 1091, foto de Raúl Ortigoza.




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