EVOCACIONES***Septiembre 9, de 1833.Los gauchos de Antonio Rivero, identificados como indígenas, causan temor en la población malvinera.



En el año 1971 editorial PEÑA LILLO, publicó EL GAUCHO ANTONIO RIVERO –la mentira en la historiografía académica, de Mario Tesler, un libro que confrontó con las miradas oficiales en relación al protagonista de la sublevación en Malvinas el 26 de agosto de 1833.

Lo vivido en días en que los ingleses tenían una administración vacilante en el archipiélago aparecen destacados en esta obra la que para el 9 de setiembre, destaca el siguiente testimonio de Thomas Halsby:

…ponemos al agua el bote y seis de nosotros fuimos al establecimiento,  donde llegamos después de considerables dificultades, con la esperanza de encontrar alimentos. Entramos en cada casa del lugar, y las hallamos desiertas, y cada sitio en estado calamitoso, habiendo sido destruida cada casa por los indios, al punto que las pieles de conejo aparecían cortadas en pedazos, así como desaparecidas seis pieles de focas pagadas a mr. Dickson por los tripulantes del bote; los colchones, ropa de cama y cofres de éstos, destrozados y cortados en pedazos. Todas las pieles de foca estaban cortadas en pedazos, no habiendo dejado una sola intacta. La casa del capitán se hallaba en un horrible estado de confusión; lo que no pudieron llevarse, fue destruido y roto en pedazos. Faltaban algunas de las pieles de foca. No encontramos provisiones de ninguna clase; sólo medio barril de harina y una cantidad de miel, que a los indios resultó imposible llevarse consigo. Hallamos al negro John en cama, quien nos informó que ellos venían al establecimiento casi todas las noches, y que habían estado en la anterior a la última (sábado 7). Regresaron a la isla, y matamos algunos cuervos marinos en las rocas, que fue todo lo que vimos para comer…

Algunos días después, el 14 de setiembre, se comprobó que el honesto John se había apropiado de pieles, de diferentes animales, y pertenencias de los muertos en el establecimiento.

Por aquellos días, el capitán Low… “había enviado a Faustino Martínez por tierra desde las rocas del sur al establecimiento en procura de tabaco, y que F. (Faustino) Martínez había permanecido una noche allí, en la casa del negro John, quien le dio noticias sobre el particular, que apenas si había logrado escapar a su regreso, en lo que empleo dos días, pues había caminado contorneando la costa para evitar tropezar con los indios, de los cuales en cierto momento no pudo haber estado muy lejos, dado que varios de sus perros se le reunieron


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