EVOCACIONES**** Septiembre 17, de 1831. Los nativos fueguinos llevados por Fitz Roy se encuentran en la Escuela de St. Mary, en Walthamstow; mientras se busca como regresarlos la Tierra del Fuego..


Robert Fitz Roy,(en su imagen de civil)  el marino que los llevó en la Beagle, sin respuesta a sus petitorios al Almirantzgo,  con críticas manifiestas a haberlos llevado a los canoeros fueguinos contra su voluntad, busca un navío que pagaría con su propio dinero.., si no quedaba  otro remedio.

Es así lo que cuenta  Harry Thompson en su libro HACIA LOS CONFINES DEL MUNDO, describiendo la figura del marino que recorre las costas del Tamesis, buscando esa solución:

El John se encontraba amarrado en la mitad del muelle. Su dueño, John Mawman, ya estaba esperándolo. Era un comerciante taciturno de Stepney, y no se caracterizaba precisamente por sus modales exquisitos.

A Fitz Roy le iba bien así; considerando la transacción que estaba a punto de llevar a cabo, no se hallaba de humor para cumplidos.
-Aquí lo tiene, señor. Este es mi bergantín. El capitán es John Davey.
Fitz Roy se subió a bordo y lo inspeccionó. De doscientas toneladas de peso, tenía aproximadamente las mismas dimensiones que la Beagle, y el mismo color; negro con una franja de color blanco en el pasamanos, pero aparte de eso, no se parecía en nada.

Aquí y allá donde la tripulación había echado el agua sucia por la borda en lugar de bajarla en cubos, la pintura estaba deteriorada.

Sobre la cubierta había cabos desenrollados y desordenados, como en la trastienda de un comerciante de velas. Hacía falta engrasar los motores, la brea estaba agrietada y se requería un nuevo calafateo. Los pantoques apestaban por falta de bombeo. Pero nada de eso era raro en los buques mercantes, donde no se observaba la disciplina de la Marina.

En general era un barco sólido y estaba en condiciones de navegar: eso saltaba a la vista.

La cuaderna era firme.

Funcionaria.

Fitz Roy da cuenta que no serían cinco sino siete los viajeros.

Se le indica que el pilotaje se paga aparte, lo mismo que las provisiones.

El marino saca un cheque sobre el Banco de Londres por mil libras, para garantizar la operación de un viaje de seis meses al fin del mundo.


Y se le advierte que si no se concreta la operación, esa plata la perderá…

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