La planta del almirante.


Su nombre es Bungaivillea speciabilies, aunque en nuestro medio la conocemos como “Santa Rica”.
Fue descubierta en una de las expediciones del navegante  francés Luis Antonio de Bougainville, en las costas del Brasil, y exportada al mundo. Su adaptación a diversas zonas tórridas la ha convertido en especie emblemática de la Polinesia, y abunda e nuestro jardines en la zona centro y norte de Argentina, desarrollándose aquí en el sur en espacios cerrados y soleados.



Bouganiville, que realizó para su país una vuelta al mundo, también encaró la colonización de las Islas Malouines –Malvinas- fundando Port Louis, colonia que luego fue entregada al soberano español, cuando este –un Borbón- como los franceses le cuestionó su presencia en el Atlántico Sur. En su andar avistó y reconoció el archipiélago fueguino y las costas del Estrecho de Magallanes.
Esta planta recibe amplio uso principalmente en casos de afecciones respiratorias como tos, asma, bronquitis, gripe y tosferina; para su tratamiento son empleadas las flores y brácteas (órgano foliáceo), su preparación es en cocimiento, el cual se administra por vía oral.


Para estos casos se recomienda tomarlo caliente tres veces al día durante 72 horas. Suspender el tratamiento durante una semana y repetirlo hasta sentir mejoría. Para la misma finalidad es recomendada la infusión de la Buganvillea con otras plantas como tulipán, naranja, canela y tomillo para tomarse como agua de uso. En otros casos, este arbusto ha resultado eficaz para tratar convulsiones en e niños, dolor de estómago, mal de orín y el acné.



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