JORGE CUELLO, como en una charla de café.


Llegó de su Córdoba mediterránea un 9 de enero de 1986, lo atraía la posibilidad de un mundo mejor, aquí, donde ya tenía un hermano.
Jorge dejó su chala matinal en el café tradicional de Río Grande para sentarse a conversar en la mañana de la Radio Pública. Venía de mesa del odio donde cada despertar trae los encuentros entre los que miran la marcha cotidiana de la política, hoy parecía que la voz cantante la tenía un radical que fue concejal y diputado, y un desarrollista que pretendió ser intendente, y él era la única pata peronista en ese encuentro. De allí que le hiciéramos trasladar las preocupaciones del día: los embrollos de la administración provincial, las indefiniciones de los partidos en candidatos y propuesta; y allí – Cuello- que habla de su militancia desde la histórica UB 17 de octubre lamentó la situación partidaria y dijo no comprender del todo las nuevas salidas que actualmente presenta el Frente para la Victoria.
Jorge se desempeñó en todo este tiempo: el de la salud y el de la madera.
En el primero fue empleado administrativo del Hospital Regional donde lamentó el estado de deterioro alcanzado, fue nostalgioso de años en los cuales todos empujaban en el mismo sentido: médicos, enfermeros, administrativos, maestranzas, y la gente se sentía contenida con la institución donde nunca faltaba nada: ni insumos para atender a los pacientes, ni tiempo para ponerlos al servicio del más necesitado. Marcó como un momento nefasto en la relación del Hospital y la comunidad, en el que dio a partir de la represión durante la gestión Manfredotti, y consignó como nefasta la administración de la Doctora Sahad, al frente del nosocomio, tras lo cual el deterioro ha sido constante. Jorge ya se ha jubilado en este empleo.
Pero donde continúa activo es en su relación con el gremio de la madera; le tocó organizarlo y enfrentar un mundo despótico –el de los asarraderos- donde todo estaba en negro. Dijo haber tenido que entrar a punta de pistola a CAMI, cuando esta era manejada por Koner Salgado, de triste memoria, personajes involucrados con grandes perjuicios al Estado en abuso de la ley 19640.
Hoy por hoy manifiesta que se ha logrado establecer un diálogo más eficaz con las patronales, una intervención efectiva desde las autoridades ministeriales del trabajo, y considera de los más de 400 obreros que se desempeñan en el sector gozan de una elevada estabilidad. El sector maderero fueguino se alimenta de recursos humanos que llegan fundamentalmente desde el otro extremo del país.
Lamentó que por falta de demanda, el habla de restricción de la construcción, hoy por hoy la madera de lenga sea usada mayoritariamente en la elaboración de pallets, las tarimas sobre las cuales de despacha la producción electrónica de la isla. La calidad de la madera la haría merecedora de un destino más digno, con mayor valor agregado.

Jorge salía a entregar guardapolvo a los afiliados, algunos de estos viajarán al otro extremos del país, como una contribución del sindicato a la escolarización de los hijos de los afiliados; y el tiempo se iba acortando, se necesitaba –seguro- algo más de media hora para nuestra charla de café con Jorge Cuello.


Mi poema Hombres de madera, ilustrado por Talal Bestene.

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