EL AMOR DE URKO Y KARIÉN



Se conocieron en Cuba. Allí había llegado nuestra niña fueguina, la Anunciada según su nombre nativo, allí estaba el vasco “de joda” con algunos amigos.
Lo de joda es una incorporación a su vocabulario ahora que arma con la joven Montes una vida en común.
María Karién trabajaba como periodista, eso fue a estudiar a La Plata, pero el encuentro torció su rumbo: fue al encuentro del brioso estibador  y conoció su mundo, muy cerca de Bilbao.
Allí cerca hay un cerro que se llama como él, la elección del nombre la hizo su madre. Angoitía es hijo único y Karién hacía años que se iba desprendiendo de una familia numerosa, polifacética.
El nuevo viaje fue para experimentar una vida en común.
Ahora emprendieron su viaje de reconocimiento y presentaciones, y con ello han andado por Calafate y Ushuaia, pero por sobre todas las cosas se han recreado en el ambiente famiiero de este norte fueguino que los ha llenado de nuestro calor.


En diálogo optimista fueron dejando deslizar su cotidianidad: ese plato de papas y pescado que el le prepara; la consigna de que el que “cocina no friega”; y el aprendizaje de la periodista del euskerra, la lengua de los vascos, con la cual espera lograr una mayor integración con esa comunidad, y –tal vez- recuperar el oficio.
Nos olvidamos de preguntarle a Urko si le hicieron comer el calafate, para que vuelva por más, creo que no hace falta.., se ha llevado de nuestro lugar un fruto muy preciado, hecho mujer.




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