Vivencias gallinaceas.


La cría de gallinas era una actividad familiar en la Tierra del Fuego pastoril, las aves de corral crecían a solo riesgo de los zorros, cuando en la zona rural proliferaban, fuera de todo límite. Para el caso en este destacamento policial.


En tanto que en la ciudad debían delimitarse internamente los patios, para que las ponedoras no invadieran el lugar de la huerta.


Tarea central en un puesto, a la no podía abandonar el dueño de las gallinas. Aquí se superponen elegancias: ellas de punta en blanco, el de camisa y corbata.


Una reunión de comadres contenía la descripción de las cualidades de cada una de las: la ponedora, la mañosa, las dueñas del patio.


Y las hermanitas que cultivaban la ternura, y los instintos maternales con los pollitos en cría, hasta que llegado el momento eran instruidas sobre la forma más efectiva de carnearlos.

Hasta los onas, ingresando paulatinamente en la civilización, incorporaban a las gallinas como una forma de salir de su nomadismo  tradicional.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Mingo!

Encuentro entre los ricos recuerdos de la Sra. Emilia Susic (*), una simpática anécdota en la relación a las gallinas que a continuación copio:

“Yo me acuerdo – dice Emilia Susic – que ya en tiempos en que yo andaba en política, mi vecino San Juan, que también andaba en política, me invitaba a comer cazuela de gallina. Y era para tomarme el pelo. Me robaba una gallina y después me invitaba (ríe). Y yo lo más segura que me invitaba para hablar de política (ríe). Un día me dijo: “Qué rica está esta gallina, parece que fueran tuyas”. Y yo me reía, pero no me daba cuenta. Hasta que después, no sé quién me dijo y entonces tuve que poner candado”. (texto tomado del libro A hacha, cuña y golpe. Recuerdos de pobladores de Río Grande, de 1995).

(*) Emilia (Franka) Susic de Bonifetti era hija de Miguel Susic y Franka Suvic.

Un saludo Mingo!
Hernán (Bs. As.).-