TRIPTICA NACIONAL.HISTORIA.13. En el año 1890 Argentina vivió su primera gran crisis económica.

Conviene hacer mención de la situación de la economía argentina en el período en consideración y la incidencia de las relaciones económicas con Gran Bretaña sobre su evolución y sobre el comercio exterior, para luego abordar las razones de la crisis económica de 1890 y sus repercusiones. 


    En cuanto a la situación económica al comienzo del período –que se conocería como  Generción del 80- cabe destacar que, pesar de que durante la década se dio una notable expansión de los factores de producción, tierra, trabajo y capital en el marco de  la estabilidad política lograda tras la asunción de Julio Argentino Roca al poder, estos años de expansión inicial no tuvieron aún como factor dinámico a las exportaciones agropecuarias. Más bien, en esta década, un enorme flujo de inversiones precedió a la expansión de las exportaciones que se registró en las décadas posteriores. 
   
Esta tendencia fue producto de la necesidad de los inversores y agentes económicos británicos de colocar sus enormes recursos financieros en áreas no sujetas a la competencia de otros capitales no británicos, la existencia de altas tasas de rentabilidad para las inversiones británicas en la Argentina (entre el 10% y el 15% de dividendos en algunos años) y la confianza de los inversores y agentes económicos británicos en las posibilidades exportadoras de la economía argentina.

Ahora bien, las inversiones británicas en la Argentina impulsaron el desarrollo de la infraestructura básica sobre la cual tuvo lugar la expansión comercial de las décadas posteriores.  Este torrente inversor estimuló a largo plazo el desarrollo del comercio exterior. A corto plazo, el peso de las inversiones como componente de las importaciones argentinas superó en importancia al crecimiento de las exportaciones durante la década de 1880, dando como resultado permanentes saldos negativos en la balanza comercial, cada vez mayores hasta el estallido de la crisis de Baring en 1890. La creciente importación argentina de productos británicos como hierro, acero, materiales para ferrocarriles, cercos de alambre, máquinas trilladoras y arados de acero, inducida por las inversiones inglesas, creció con más rapidez que las exportaciones argentinas, generando una crisis de 1884 a 1886, prolegómeno de la crisis de 1890.

De modo que en la década de 1880 Gran Bretaña fue la principal abastecedora de las importaciones argentinas, las cuales, como ya se ha dicho, crecieron más rápidamente que las exportaciones. Según los datos provistos por el Anuario del Comercio Exterior, mientras en 1881 la Argentina exportó al Reino Unido por valor de 3,9 millones de pesos oro e importó de dicho país por 16 millones de pesos oro, en 1890 las exportaciones argentinas con destino al Reino Unido, de 19,3 millones de pesos oro, fueron claramente superadas por las importaciones de origen británico, cuyo valor fue de 57,8 millones de pesos oro. Estas últimas representaron en promedio, durante esa década, el 34,7% del total, con una variación de entre 28,8% en 1881 y 40,6% en 1890. Por su parte, las exportaciones argentinas con ese destino representaron en promedio el 12,9% del total, fluctuando entre 6,7% en 1881 y 19,1% en 1890.


    El valor de las exportaciones argentinas a Gran Bretaña en ese período fue superior al de décadas anteriores, pero siempre inferior al de las importaciones de ese origen. La composición de esas exportaciones fue cambiando progresivamente, pasando de los productos tradicionales como cueros, lana, y sebo a otros nuevos como trigo, maíz, lino y carne de cordero congelada. 


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