EVOCACIONES* Noviembre 12 de 1764. Byron cree descubrir las islas Pepys, comprobando luego que se trata de una ilusión óptica

Su apreciación da un contenido mágico más a esta periferia del mundo conocido. Las Islas Pepys coexistirán en los límites primeros apreciados para Malvinas, pero pos su nombre aludirán a la posibilidad de contener perlas, lo que las hará un objetivo preciado para otras navegaciones.

El navegante Británico se desplaza por entonces en las aguas de la América Meridional, y en algún momento se ocupa por describir la magnificencia de la naturaleza, “como un surtidor surgía el agua de la cabeza de las ballenas mientras estas hendían el mar con sus cuerpos poderosos y los veloces tiburones tigres dejaban huellas de luz fosforecente cuando perseguían a sus presas”

El Dolphin, la nave de Byron, navegó entre un grupo tan numeroso de ballenas que peligraba su estabilidad. Un cetáceo monstruoso, una enorme ballena del Cabo frotó su cuerpo voluptuosamente contra la pulida superficie del casco del Dolphin. Un poderoso chorro de agua empapó a los oficiales que hacían guardia en cubierta. Poco después otro gigantesco cetáceo cargó contra las cuadernas y tablas de roble de la nave, que experimentó una recia sacudida mientras las aguas de mar se teñían de rojo con la sangre del atacante.





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