EVOCACIONES*28 de agosto de 1854. Un naufragio precipita un drama.

Es a partir de el momento en que en esa fecha toca piedra el velero Manchester en aguas australes.

Es el tiempo en que se transita por las rutas marítimas impulsados por los afanes y el comercio con el oeste norteAmericano, los años de la fiebre del oro.

El Manchester era una fragata que salió de Nueva York el 7 de abril anterior al accidente.

En los instantes inmediatos la tripulación subió a los botes pero casi de inmediato se perdieron tres de ellos, entonces el capitán ordenó cortar el palo mayor y el trinquete improvisando una balsa en la que subieron 16 náufragos.

Llegaron así a alguno lugar de la costa sur del archipiélago fueguino, sin otros víveres de los que fueron rescatando del barco siniestrado en una situación que duró tres meses.

Cuenta Vidal Gormás en su libro de Naufragios que el 22 de noviembre de 1954 llegaron los yaganes junto a los náufragos y comenzaron a pedirles las cosas que poseían. Al negarse estos los atacaron violentamente,  muriendo en la refriega el capitán David Red Evans y nueve canoeros fueguinos.

Incluimos con una sugerencia a la lectura temática la referencia a esta publicación que contiene un trabajo de MONICA GROSSO Y CRISTIAN MURRAY.

El arquitecto Cristian Murray está especializado en gestión de patrimonio cultural. Es investigador del Programa de Arqueología Subacuática del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano de la Secretaría de Cultura de la Nación y Codirector del proyecto “Relevamiento del Patrimonio Cultural Subacuático de Puerto Madryn y Península Valdés”.
Por su parte la Doctora en arqueología Mónica Grosso, se desempeña como investigadora del Programa de Arqueología Subacuática del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano.

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