Carta a Margaret

La contienda de 1982, ahora profusamente recordada al cumplirse 30 años, tiene múltiples referencias bélicas, aunque en mi meoria siempre he tenido presente un gesto civil que encontró muchas repercusiones.

Es la carta de la esposa del intendente de Río Grande, ciudadana británica, a la primer ministra Margaret Thatcher.

Conservo en ese sentido lo publicada en Río Grande el 13 de mayo de aquel año.

El diario Noticias se refiere a la devolución del pasaporte británico que junto a una carta dirigida a Margaret Thatcher remitió Rachel de Apolinaire, la esposa del Intendente Municipal. La información ganará al país y con ello la agencia NOTICIAS ARGENTINAS dirá:

La hija de un ex aviador de la Royal Aire Force (RAF) residente aquí envió una severa carta a la primera ministra Margaret Thatcher y devolvió su pasaporte inglés, en señal de repudio por las acciones del Reino Unido en el Atlántico Sur.

La señora Raquel Scofield de Apolinaire expresó en su misiva a la primera ministra que “el ataque y el hundimiento del crucero General Belgrano” fuera de la zona de 200 millas declarada por Gran Bretaña, es la gota que colmó el vaso”.

Especifica luego que el Reino Unido “estuvo creyendo erróneamente durante años que la prudencia argentina para con el tema Malvinas era una debilidad”.

“Yo soy la primera persona de mi familia nacida fuera de Gran Bretaña”, detalla la señora de Apolinaire y añade que “mi madre sivió en las filas del ATS (Servicio Auxiliar Territorial) y mi padre fue piloto de bombarderos de la RAF, durante la segunda guerra mundial”.

“Debido a heridas –agrega- mi padre pasó tres años convaleciente, durante los cuales se le efectuaron 21 operaciones de cirugía plástica”.

Sostiene luego que “da vergüenza el comportamiento abominable de Gran Bretaña en el presente”, y acusa al Reino Unido de “tener una idea equivocada sobre Argentina” y los argentinos. “Posiblemente usted aprenderá –dice a la Thatcher- como medir un país y sus habitantes en el futuro, después de vuestro mal manejo de esta cuestión”.

La señora de Apolinaire cita luego a Bernard Shaw: “no hay nada tan malo ni tan bueno en lo cual no se encuentren ingleses, pero usted nunca encontrará a un inglés que esté equivocado. Por que él hace todo por principios: él no pelea por principios patrióticos, él no roba por principios comerciales, él no esclaviza por principios imperiales”.

“Yo agrego, modestamente –dice luego-¿qué principios, si es que existen, tiene Gran Bretaña?”

Estas palabras, expresa “sintetizan la actitud británica que provocará sin duda su caida final”.

Tras poner a disposición de la primera ministra su pasaporte, la señora de Apolinaire expresa que ”lo puede pegar en la pared, junto con el resto de pasaportes británicos, condecoraciones de guerra y cualquier otro símbolo devueltos a Gran Bretaña que seguramente estará recibiendo”.

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